A principios del año 1900, se usaba para la rotulación y la época dorada fue en los años 50, cuando los fabricantes y comerciantes fueron conscientes del gran poder de seducción de las letras. Tenían un gran potencial tanto a la hora de persuadir como de informar. Desde hace algunos años, esta técnica ha resurgido y se utiliza en medios actuales e innovadores.
Vivimos en un momento en el que estamos cada vez más rodeados por la tecnología, y las letras dibujadas a mano aportan frescura y humanidad tanto a diseños digitales como a impresos y lo más probable es que esta tendencia vaya tomando más fuerza y cada vez se valore más.
La frescura y el dinamismo de la letra dibujada hace que sea una forma más efectiva de conectar y de un modo atractivo y diferenciado con las personas.
Cualquier marca quiere pensar que sus esfuerzos en el área del marketing sean únicos y originales. El lettering puede aportar soluciones a medida que son únicas y muestran que tu marca es imaginativa e inspiradora. Hay muchos modos de incluir el lettering en el negocio. Algunas opciones incluyen blog/cabeceras de social media, anuncios publicitarios, murales en paredes ó ventanas, diseño de packaging, logotipos, catálogos, posters, mobiliario, interiorismo, moda y merchandising. Como está hecho a mano, las posibilidades son infinitas.
Ventajas del lettering.
Captar atención. Hoy en día vivimos en un mercado donde cada vez es más difícil llamar la atención y diferenciarse. Un buen lettering tiene personalidad y es clave para generar un impacto visual positivo sin resultar intrusivo.
Fidelizar al cliente. Los efectos visuales de un buen lettering sirven para que el cliente se identifique con la marca, atraído por su personalidad ó belleza de su imagen externa, por sus detalles y matices.
Comunicar sensaciones. Las primeras impresiones que una marca provoca en un cliente son muy importantes. Un buen lettering puede inspirar ilusión, positivismo, confianza, estilo ó sofisticación.
Diferenciarse de la competencia. Hoy en día no solo es importante competir en precio sino también en calidad. Para ello es muy importante diferenciar tu marca de la competencia y por tanto emplear el lettering como distintivo de la identidad corporativa, de los productos y servicios.
En definitiva, el lettering es un trabajo personalizado, hecho a media, a la situación, hecho al gusto. Es algo único.